1ª lectura: 1 Juan 4,7-16
«Si nos amamos unos a otros,
Dios permanece en nosotros»
Salmo: «El que ama al hermano vive en Dios»
Evangelio: Mateo 25,31-40
«Venid, benditos de
mi Padre, heredad el reino»
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del
hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y
serán reunidas ante él todas las naciones. El separará a unos de otros, como un
pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las
cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid
vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde
la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me
disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me
vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme.”
Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te
alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te
hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y
fuimos a verte?” Y el rey les dirá: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis
con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.”»

San Benito Menni nació en Milán el
11 de marzo de 1841 y fue bautizado el mismo día en la iglesia de Santa María
alla Fontana con los nombres de ángel Hércules. Conoció la Orden #Hospitalaria de san Juan de Dios durante el
servicio voluntario a los heridos de guerra en la batalla de Magenta. Ingresó
en la Orden de los Hermanos de san Juan de Dios a la edad de 19 años y recibió
el nombre de Fr. Benito. Fue ordenado sacerdote el 14 de octubre de 1866. El
Superior General de la Orden, Fr. Juan María Alfieri, lo destinó a España en
1867. Con la misión de restaurar la Orden en la nación que “fue su cuna”. Con
la ayuda del Señor y apoyado en sus grandes dotes, abrió 22 centros
asistenciales y fundó la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado
corazón de Jesús, dedicadas a la asistencia de las enfermas mentales y de las
niñas necesitadas. Como sucede con frecuencia a los elegidos de Dios,
experimentó el sufrimiento, la incomprensión y la calumnia, no sólo por parte
de organismos y particulares, sino de sus mismos Hermanos y Hermanas. Murió en
Dinán (Francia) el 24 de abril de 1914. Juan Pablo II lo beatificó el 23 de
junio de 1985 y lo canonizó el 21 de noviembre de 1999. Sus reliquias se
veneran en la capilla de los Fundadores del Hospital Psiquiátrico de
Ciempzuelos (España) de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de
Jesús.
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