lunes, 25 de abril de 2011

Luz en el sufrimiento

A veces nos parece que nuestras fuerzas flaquean,
que nuestra mente se enturbia,
que en el vaivén de nuestra noria el corazón se marea;
sin embargo, sabemos, sentimos,
que Tú eres nuestra fortaleza.

¡Todo parece tan lento, tan contradictorio!,
pero, como Juan, el discípulo amado,
permítenos apoyar nuestra cabeza en tu pecho
y al sentir tu abrazo misericordioso, pedirte, Señor,
que aceptes nuestras limitaciones,
alivies nuestros cansancios,
fortalezcas nuestra debilidad,…

Anhelamos que, como lluvia,
tu esperanza, consuelo y alivio inunde nuestros corazones,
y nos haga ver que el amor es más fuerte que el dolor.
Anhelamos que, a pesar del Getsemaní de nuestros sufrimientos,
cuando la angustia atenaza el pecho,
seamos capaces de responder a tu llamada,
y hacer tu voluntad.

Gracias, Señor, por ser luz que guía nuestro caminar,
que no nos ciega ante el sufrimiento,
sino todo lo contrario, iluminas nuestra oscuridad
y aunque no seamos conscientes de ello
nos ayudas a ser luz para el que sufre a nuestro lado.

Norka C. Risso Espinoza

viernes, 22 de abril de 2011

Crucificados junto a los crucificados del mundo

Ha llegado la hora,
silencio, adoración, sobrecogimiento,…


Señor, en este tiempo tan especial
danos conocimiento interno de Ti
para más amarte y seguirte en nuestros amigos enfermos,
danos tus ojos para interpretar los tiempos de vulnerabilidad
y tus oídos para escuchar al espíritu de los necesitados,
danos tus manos para ofrecerlas a los cansados y agobiados
y tus pies para caminar con los humildes y sencillos,
danos tus labios para anunciar tu amor
y tus brazos para acoger a todos,
danos tus espaldas para sostener a tus predilectos
y tu palabra para alentar en la vida del que sufre,
danos, Señor, tu corazón para dar la vida contigo
crucificados al mundo
junto a los crucificados del mundo.

Adaptación de una oración de Magis

domingo, 10 de abril de 2011

Pensando en ellos...


Mi plegaria, Señor, por mis amigos
(Tú conoces sus nombres),
ilumínalos y bendícelos en este momento
en el que todos son uno y uno son todos,
compartiendo la vida misma
con sus incertidumbres y sus sueños,
donde el afecto, el calor, el amor…
han echado raíces y ahora ayudan a ser piña
en el sufrimiento, la enfermedad, la angustia…

Señor, sé para ellos bálsamo en este momento de dolor,
ayúdales a encontrar la fuerza y la paz
para que la enfermedad no tambalee tu edificio de amor,
sí, Señor, aún estando en tus manos son momentos de miedo,
ya ves siempre la misma paradoja,
pero a pesar de que duela, angustie, paralice,…
que este momento de espera sea una espera amorosa en la fe,
que se sientan acompañados y queridos
y si se puede restablecer la salud, mejor que mejor.

Norka C. Risso Espinoza

viernes, 1 de abril de 2011

LA BIOÉTICA, REFLEJO DEL PADRE, COMO APUESTA POR LA VIDA



Continuando con la entrada anterior:

La Bioética podría simbolizar al Padre, como apuesta por la vida, se trataría de caminar hacia el crecimiento interno de la persona, de estudiar y valorar cuándo una actuación humaniza o deshumaniza el final de la vida; por ello, la importancia de que los grandes avances médicos, biológicos y técnicos, que se van dando actualmente en nuestra sociedad, vayan de la mano de un acompañamiento ético, en un intento de conseguir que la finalidad de estos avances sean para dignificar el final de la vida, porque hablar de ética en relación al final de la vida significa hablar del bien y del mal, de la bondad o maldad de las acciones humanas y de los valores inherentes a ellas. El padre es el dador de la vida, se le atribuye a él la obra de la creación y el plan de salvación. El mundo ha sido creado «por una decisión totalmente libre y misteriosa de la sabiduría y bondad»[1] del Padre. Si atribuimos al Padre la obra de la creación, consecuentemente, también podemos atribuirle a Él la fuerza de la razón, estableciendo un puente entre la creatura y la capacidad de razón para orientar el comportamiento humano; lo cual me sirve de lazo de unión con la bioética, como medio conciliador en el que se conjuguen las premisas de la ética teleológica del utilitarismo y la del deber por el deber propia del deontologicismo, reduciendo la subjetividad que caracteriza a ambas posturas, para deliberar sobre los posibles dilemas éticos del final de la vida. El ser humano, ha sido creado para amar, para vivir trinitariamente las relaciones humanas, para ser instrumento de misericordia, por tanto, «es urgente una movilización general de las conciencias y un común esfuerzo ético, para poner en práctica una gran estrategia en favor de la vida. Todos juntos debemos construir una nueva cultura de la vida: nueva, para que sea capaz de afrontar y resolver los problemas propios de hoy sobre la vida del hombre»[2]. Eso es lo que enseña la filosofía del ser humano, ser, como «decía Zubiri, animal de realidades, animal que se hace cargo de la realidad, y como decía Ellacuría, animal que además de hacerse cargo de la realidad carga con ella, el animal vulnerable hecho animal responsable»[3].


[1] «Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia», en Concilio Ecuménico Vaticano II. Constituciones, Decretos y Declaraciones, BAC Madrid 2004, 69-78.
[2] JUAN PABLO II, Evangelium vitae. El evangelio de la vida, 1995, en línea, http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_25031995_evangelium-vitae_sp.html (Consulta el 10 de febrero de 2011)
[3] J. MASIÁ CLAVEL, Animal vulnerable y reconciliable, 2007, en línea, http://antropologiajmasia.wordpress.com/2010/04/11/animal-vulnerable-y-reconciliable (Consulta el 12 de febrero de 2011).


Norka C. Risso Espinoza