lunes, 28 de marzo de 2011

Bioética, Cuidados Paliativos y Pastoral de la Salud Reflejo de la Trinidad en el Final de la Vida


«Bioética, Cuidados Paliativos y Pastoral de la Salud reflejo de la Trinidad en el final de la vida». Mi intención es integrar las tres perspectivas en el enfermo que se encuentra al final de la vida; dejando claro que los tres planos de acercamiento son distintos pero tienen un punto en común, la persona a la que van dirigidas, el enfermo, un ser vulnerable[1]. Aunque el hecho de utilizarlos dentro del tema trinitario lo hago de forma un poco genérica, creo que es importante mostrar que en determinadas fases de la vida se pueden hilvanar.

Los pasos, como he dicho, los iré dando desde la Bioética, desde los Cuidados Paliativos y desde la Pastoral de la Salud, avanzando por un camino que en ocasiones puede ser pedregoso, ya que se trata de caminar en torno al final de la vida, etapa en la que se suele pasar por grandes dosis de sufrimiento, con temas que en ocasiones puede hacernos daño, porque en nuestra sociedad no estamos acostumbrados a afrontar un conjunto de circunstancias que suelen rodear al ser humano en este tramo de la vida, como pueden ser la vulnerabilidad, la fragilidad, la pequeñez,… del ser humano.

Las huellas que van dejando estas tres disciplinas son como un ‘reflejo de la trinidad’, que confluyen en un mismo fin: encender una luz de esperanza, que nos ayude a irradiar el amor hacia el ser humano, con el objetivo no sólo de curar, sino también de cuidar, y de hacerlo de una forma holística.

Puede parecer muy atrevido hablar de ‘reflejo de la trinidad’, pero, parto de la base de que todo lo que conlleva ‘curar-cuidar’ el final de la vida, se hace desde el amor, un amor que brota de cada ser humano hacia el prójimo, por el hecho de ser prójimo, y eso es precisamente lo que se va intentando realizar desde este trinomio.

La Bioética, los Cuidados Paliativos y la Pastoral de la Salud están íntimamente unidas en su ser y en su actuar, las tres se encuentran con el ser humano que padece dolor y sufre, de ahí que esta coincidencia haga que sus cometidos, su búsqueda de posibilidades ante los dilemas que puedan surgir, se puedan iluminar y completar mutuamente, en una comunión intratrinitaria, por lo que también el fin a conseguir les une, desde el amor, alivio del sufrimiento de la persona, en este caso, diríamos que se complementan para conseguir el alivio de la persona que está ante el proceso de la muerte.

En la comunión trinitaria se asume la categoría de “otro”[2] tal como la propone M. Lévinas, que implicaría pensar, por ejemplo, en el respeto a la autonomía que posee cualquier ser humano. El otro nos hace experimentar una diferencia entre él y yo mismo, lo cual implicaría reconocerle como otro, y nuestra actuación consistiría en proteger su propia dignidad e integridad como persona. Este otro es como una llamada que nos viene de lejos y nos inquieta, nos invita a salir de nosotros mismos para darnos aunque sólo sea por justicia ética.


[1] J. L. MANZANO, «Limitación de tratamiento a los pacientes críticos». Medicina Clínica: Vol. 102, (1994), 540-542.
[2] M. DIEZ CUESTA, Introducción al pensamiento de Emmanuel Levinas, Instituto Emmanuel Mounier, Madrid 1992, 19-23.


Norka C. Risso Espinoza

martes, 22 de marzo de 2011

Mirar por dentro

No sé Señor si el querer ocultarme es lo mejor,
no ocultarte a ti, ocultar mi ego;
no se Señor si no querer enterarme es realmente no saber,
Tú lo haces llegar por tantos medios…
Yo no quiero ver, hay tanto miedo,
pero Tú quieres que sienta, que viva, que sea,…
¿un rostro crucificado, un rostro bello?
No se trata de mirarme en el espejo,
se trata de mirarte a ti, en el rostro del hermano,
en el rostro del extranjero, sí y también en el espejo;
Ir más allá del rostro, entrar por dentro,
traspasar murallas, ir al centro.
¿Dónde estás? ¿dónde te encuentro?
No busques fuera, busca por dentro.
Allí donde te halle, allí estarán ellos,
probablemente debo buscarlos primero a ellos.
Palabras, palabras, palabras ¿por qué no hacerlas vida?
Si el Verbo se hizo carne ¿qué hacemos con el verbo?
Mis hermanos, mirarlos a ellos,
contemplar tu rostro, mirar por dentro…

Norka C. Risso Espinoza

miércoles, 9 de marzo de 2011

Necesidades espirituales en salud mental

A cada una de las tres grandes estructuras psicopatológicas corresponde una concepción de Dios:
  • Estructura neurótica: núcleo básico la indefensión. Necesidad de un Dios poderoso, salvador.

  • Estructura psicótica: núcleo básico el narcisismo. El sujeto es Dios.

  • Estructura caracterial: núcleo básico la autosuficiencia. Rebeldía contra Dios. Necesidad de establecer una transferencia positiva.
La vivencia espiritual de los enfermos mentales, como en todas las personas, manifiesta externamente a través de comportamientos observables; a través de actitudes y de respuestas, que aún pudiéndose registrar a niveles psicológicos, nos damos cuenta de que estos no agotan todo su alcance. Nos damos cuenta de que necesitamos buscar otros registros complementarios, pero más adecuados, que nos ayuden a leer y a comprender el significado profundo de la relación del hombre con el objeto mental, Dios.

Así mismo para situarnos correctamente en el diagnóstico de:
  • Qué aspectos de la vida espiritual del paciente son rescatables como sanos y por tanto, como fuente de salud.

  • Qué aspectos de la vida espiritual del paciente están distorsionados y por lo tanto, son fuente de patología.

  • ¿Cómo ayudar a reconducir la experiencia de relación con el objeto mental, Dios, tanto en el primero como en el segundo de los casos?.
Sin pretender abarcar todas las posibilidades de la vivencia religioso-espiritual del enfermo mental, pero a la vez, intentando ser fiel a la observación a partir de la praxis de la intervención pastoral cotidiana, podemos decir que en el enfermo mental se pueden dar cuatro posibilidades de vivencia religiosa (Esta es una manera de dividir, para identificar: Otra podría ser por su vivencia, según patología psicológica, etc…) y a cada una de ellas requeriría una intervención profesional, diferenciada y adecuada:
  • Hay casos en los que observamos que, aun habiendo un claro y bien diagnosticado trastorno mental, la vida religiosa de la persona, queda preservada. permanece inalterada, aunque sí, enmascarada por la patología mental. En nuestra práctica clínica, muchas veces quedamos sorprendidos al constatar que algunos enfermos de expresión incoherente, manifiestan una notable lucidez, cuando entramos en sintonía a partir de su experiencia vivencial con Dios.

  • Puede ocurrir también, que la vivencia espiritual, no solo esté recubierta por la enfermedad, sino más bién hipertrofiada. En estos casos pierde su papel saludable de síntesis y tiende a invadir pulsionalmente al campo psíquico, manifestándose bien desde una escrupulosidad pecaminosa, o bien desde una fanfarronería triunfalista y apartada de la realidad.

  • No obstante, quizás, la distorsión más frecuente de la vivencia religiosa en el mundo de los enfermos mentales, es la vivencia desviada. Esta es una alteración ya cualitativa. En esta se da una auténtica distorsión con el objeto mental, Dios. El hecho religioso se manifiesta desviado de la realidad, y siempre en relación a la trayectoria de su psicopatología.

  • También se da como cuarta posibilidad, una vida religiosa extinguida. A veces, se puede llegar por diversos caminos:
  1. Porque la disgregación o la destrucción psicopatológica llega a tal grado, que ya no hay canales o vías de expresión; es lo que se daría en un “Estado mental comatoso”.

  2. A veces la destrucción del objeto mental, Dios, no es más que una búsqueda, una reivindicación y búsqueda de la posesión de lo absoluto, a lo cual se combate y se intenta destruir.

  3. Se puede llegar ala extinción del hecho religioso también por el camino de la represión, que puede ser tan intensa, y prolongada, que le impida llegar al consciente.

  4. También en los casos en los que ha acontecido la desestructuración y destrucción antes de consolidarse el sistema de valores.

Necesidad des espirituales

CULTURA RELIGIOSA TRADICIONAL (necesidad expresión religiosa)
  • Celebraciones
ESPIRITUALIDAD (dar sentido a su situación)
  • Esperanza-Desesperanza

  • Reconciliación-Perdón-Culpabilidad

  • Pérdidas-Duelos

  • Trascendencia-Más allá-Continuidad


(Varios autores)

BIENAVENTURANZAS DEL ENFERMO MENTAL



Bienaventurado si al verme sucio y maloliente por la calle
te identificas con Cristo, compasivo y misericordioso.

Bienaventurado si me consideras, aunque sea loco de atar,
como un enfermo, sin más.

Bienaventurado cuando comprendas que mis pensamientos
son confusos y mi voluntad, a veces, se tambalea.

Bienaventurado, cuando corrigiendo al niño
no dices nunca: ¡que viene el loco!

Bienaventurado cuando haces lo indecible
para que yo salga del mutismo y aislamiento.

Bienaventurado cuando aceptas que para mí,
ciertos rituales son imprescindibles.

Bienaventurado cuando me calmas,
si mi comportamiento es agresivo.

Bienaventurado, tú, cuando me ayudes, aunque loco,
a vivir mi vida espiritual.

(autor desconocido)