domingo, 31 de marzo de 2013

ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL EN LA ENFERMEDAD

Hace poco escribí este artículo que hoy quiero compartir con vosotros:

Últimamente hay un creciente interés por el tema del «acompañamiento espiritual en la enfermedad»; pero, ¿estamos siendo acompañados?, ¿cuál es nuestra experiencia de acompañamiento?

salud2Si nos paramos y realizamos una relectura de nuestro proceso espiritual, probablemente nos percatemos de que en el camino de nuestra vida los momentos más significativos son aquellos en los que hemos tenido una presencia amiga, unas palabras de ánimo, alguien con quien compartir instantes de desahogos, soplos de alegrías y de tristezas… Y es que, en cualquier camino de fe, sea cual sea nuestra religión, lo maravilloso es vivirlo en comunión, porque es en una relación interpersonal en la que se puede transmitir la experiencia del amor.

Es un verdadero regalo reconocer que caminamos juntos en la apasionante aventura de la vida, es gozoso reconocer que nuestra fe se ha ido alimentando de tantos testigos que con su testimonio han hecho que nos cuestionemos nuestros propios itinerarios; sin embargo, como estamos enfrascados en un mundo de prisas, solemos ser conscientes de todo esto cuando el horizonte de nuestro camino se tambalea por las diferentes heridas en nuestra vida, ya sea por enfermedad, por sufrimiento, por soledad, por abandono, por incomprensión… Y es precisamente en estas circunstancias cuando volvemos nuestra mirada hacia atrás.

Pues bien, ya sabéis que “nunca es tarde si la dicha es buena”, en estas circunstancias lo que necesitamos es sobreponernos a nuestros sufrimientos e incluso resultar fortalecidos por los mismos; estos son los beneficios del acompañamiento. Pero, para ello, necesitamos poder contar con otra persona o personas que nos ayuden a poner las pilas a nuestras linternas, que nos respeten y refuercen en nuestros pequeños-grandes logros, y que nos sostengan en los momentos de falta de luz; es decir, que nos acompañen espiritualmente en las heridas (en este caso la enfermedad) para despertar lo mejor de nosotros mismos, para sacar ese enorme potencial que guardamos en nuestro interior y convertirnos en buscadores de la estrella que alumbre nuestra oscuridad.

En una de las Jornadas Nacionales de Pastoral de la salud nos decían que acompañamiento tiene una relación simbólica con lo que podría ser ‘comer pan juntos’. Pues vamos a ponernos manos a la obra y vamos a utilizar cuatro pasos para cocinar un ‘acompañamiento sabroso’ (imaginaos una ensalada, que es de lo más fácil. Aunque el ejemplo sea un poco burdo, puede servir como analogía para que resulte catequético):

· Conocer los ingredientes: el acompañante (profesional) y el acompañado (enfermo). En este paso, se da como un tanteo, nos saludamos, intercambiamos las primeras palabras… pero a la vez hay que estar atentos a lo que el enfermo es, cómo está, qué hace. Si nos guiamos por la metodología de Jesús, consistiría en el “ver”, un ver que no es superficial, ver también lo hondo del corazón. Que los enfermos sientan el interés que tenemos en querer empezar el camino, y que no queremos huir, por dura que parezca la situación; es decir, aproximarnos.

· Mezclar los ingredientes, que se dé un encuentro verdadero, que el enfermo se sienta acogido en toda su vulnerabilidad, se trata de conocernos un poco más, sería como compartir lo emocional y espiritual, aquí ya habría colaboración, los dos estamos por la labor de seguir el camino juntos. Ya podemos dar un paso más en la metodología de Jesús, poner al enfermo en el centro, como protagonista de su vida, y preguntar, desde el respeto, aunque sepamos la respuesta, para que el enfermo pueda compartir desde la libertad lo que se mueve por dentro. Que vayan sintiendo que el encuentro afectivo se convierte en efectivo; el enfermo siente una mirada amiga.

· Salpimentar al gusto: Es ahora cuando empieza la relación de ayuda pastoral, conocemos los sentimientos, preocupaciones, esperanzas; es ahora cuando se puede dar la confrontación, cuando realmente se hace camino con el enfermo; ya podemos sentarnos a la mesa emocional y espiritual del enfermo, pero, eso sí, teniendo presente que es él quien salpimenta a su gusto, es decir, que vamos a su ritmo, el que acompaña es sólo un invitado. Jesús lo hacía muy bien, Jesús operaba transformación; este paso lo daba desde la escucha y el acompañamiento de los sentimientos y las heridas. Tras conocer al enfermo, encontramos expectativas frustradas, proyectos o sueños rotos, muchas noches en vela, terapias agotadoras, cansancio; y nosotros no podemos curar el dolor, pero sí dialogar, orar, acompañar para confortar, poder transmitir un mensaje de esperanza, guiar en las decisiones éticas, pero siempre intentando ser espejo, ya que no transformamos nosotros, sino que se transforman ellos, son ellos los que van restaurando su vida.

· Presentar en plato bonito, este último paso es acompañar al enfermo en esa apertura al Misterio, si él así lo ha decidido, confirmar y celebrar su vida, hacerle sentir la gracia del Espíritu y proponerle vivir su fe desde Aquel en el que puede encontrar la plenitud. Jesús lo expresaba con pocas palabras: “decid Padre nuestro”.

Ahora bien, no todos pasan necesariamente por estos cuatro pasos, depende de la apertura que tenga el enfermo a la gracia del espíritu; desde la Pastoral y nuestra opción por Dios, se trata de dejarnos hacer por Él, y siguiendo el itinerario de Jesús nos aproximamos, luego acogemos, acompañamos, escuchamos, abrazamos, lloramos… y después de un proceso, si lo vemos oportuno, invitamos a compartir la mesa juntos; para que el enfermo pueda crecer en fe, amor y esperanza, con ocasión de su enfermedad.

Norka C.

viernes, 29 de marzo de 2013

En esta hora santa queremos estar cerca de ti


Señor Nuestro Jesucristo: También nosotros, como los apóstoles nos confiamos, en ocasiones vamos de sobrados, hasta nos creemos importantes porque colaboramos en todo, porque llevamos muchos años en la parroquia, porque vamos a misa los domingos, porque estamos en todas las actividades, porque somos personas sanas fuertes… pero, luego, ante la mínima dificultad, como puede ser la enfermedad, nos despistamos, nos sentimos abrumados y nos damos cuenta de que nuestra fe flaquea, y tenemos miedo o vergüenza por lo que puedan decir de nosotros.

Sin embargo, Señor, estar a tu lado, nos hace caer en la cuenta de que no somos perfectos. Y el que Pedro te negara tres veces no es nada, comparado con las veces que nosotros te negamos: en el momento del diagnóstico, en el pronóstico, en las revisiones, cuando la enfermedad empeora, en el duelo; pero, en esta hora santa, al contemplarte y sentir tu mirada podemos reconocer nuestra fragilidad, nos sentimos amados en nuestra pequeñez, y te pedimos que nos ayudes a ser fieles en los momentos de tempestad.

Señor Nuestro Jesucristo: Como Pedro, Santiago y Juan, que oyeron tu voz angustiada en el Huerto de los Olivos al decirles: «Velad conmigo», también nosotros en esta noche la escuchamos y queremos estar muy cerca de ti, no importa nuestra situación.

Hace poco que les has entregado tu cuerpo y tu sangre, hechos «alimento para la vida de los hombres». Por eso hoy tu presencia en medio de nosotros es una realidad. 

Déjanos estar contigo. Como dice el Papa Francisco: déjanos custodiarte. Tenemos mucho que agradecerte, y también necesitamos pedirte mucho, porque «el espíritu está pronto, pero la carne es débil», y queremos, sobre todo, acompañarte en la noche en que conmemoramos tu entrega al sacrificio y a la muerte por nosotros. 

Acéptanos, Señor, en tu compañía, déjanos custodiarte y enséñanos a amar al prójimo para amarte a ti.

En estos momentos de nuestra vida, cada uno con nuestra circunstancia, ¿tenemos sueño y preferimos dormirnos, o estamos dispuestos a salir de nuestra comodidad y seguirte con todas las consecuencias que ello implica?


Norka C. 


sábado, 16 de marzo de 2013

Orar en el duelo

Una invitación a curarnos por dentro a través de cortas oraciones:


Manual de Bioética para jóvenes


Manual de Bioética para jóvenes, con este libro se pretende dar a los jóvenes las herramientas necesarias que les permitan discernir y argumentar sobre temas relacionados con la Bioética, desde una cultura de la vida.


La Fundación Jéròme Lejêune ha autorizado la edición del ‘Manual de Bioética para Jóvenes’ en las lenguas catalana y castellana. Es un manual completo, divulgativo, atractivo, sencillo y didáctico. La versión española la ha traducido la Cátedra de la Fundación Jéròme Lejêune y la catalana Médicos Cristianos de Cataluña. Dirigido a estudiantes jóvenes especialmente de Secundaria y Bachillerato.

Se trata de un libro que escrito en forma de preguntas y respuestas, explica de manera clara y didáctica los fundamentos científicos de las cuestiones clave del debate bioético actual, los analiza y los contextualiza, arrojando luz, respuestas y criterio; de forma que los jóvenes irían sacando unas reflexiones éticas que conviene difundir.

El aborto, el diagnóstico prenatal, la reproducción humana asistida, el diagnóstico genético preimplantatorio, la investigación con embriones, la eutanasia y la donación de órganos son los temas abordados en este práctico manual. A cada uno de estos temas se sigue el mismo esquema didáctico: qué es, las técnicas, preguntas y respuestas sobre el tema, reflexiones éticas y testimonios.

El mismo Papa emérito Benedicto XVI destacó a lo largo de su pontificado y específicamente en la encíclica Caritas in Veritate (74) la Bioética como “campo prioritario y crucial en la lucha cultural, entre el absolutismo de la técnica y la responsabilidad moral, en la cual está en juego la posibilidad de un desarrollo humano y integral”. También el pontífice recordó en diversas ocasiones la responsabilidad en la construcción de un mundo que, respetando la originalidad de la transmisión de la vida humana, respete la vida del hombre desde su concepción hasta su muerte natural.

En temas como el aborto, nuestro actual Papa Francisco nos transmitió, mientras fue cardenal que “el aborto nunca es una solución. Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas: respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo”




martes, 12 de marzo de 2013

Pastoral de la Salud en Facebook


He abierto una Página en Facebook sobre Pastoral de la Salud, por si os resulta más fácil compartir inquietudes, noticias, sentimientos,…
Espero que os animéis a participar, y si os gusta lo que se comparte dadle a ‘me gusta’ para que llegue a muchos más compañeros: https://www.facebook.com/pages/Pastoral-de-la-Salud/144719339029695
Es una forma de ir evangelizando….





lunes, 11 de marzo de 2013

El lenguaje sobre el sufrimiento

Siguiendo el libro ‘Por qué a mí’ de Arnaldo Pangrazzi, desde la Diócesis de Málaga se ha elaborado este material de gran utilidad. No existen respuestas fáciles ante el sufrimiento, en todo caso hay diferentes lenguajes para expresar el sufrimiento, y se realizan diferentes recorridos; y todo esto desde el mosaico de la misericordia. Aquí os dejo el primer tema, pero esta y otras presentaciones relacionadas con el tema las podéis encontrar en http://www.slideshare.net/NCRE

domingo, 10 de marzo de 2013

Definición de Pastoral de la Salud

"Es la acción evangelizadora de todo el pueblo de Dios comprometido en promover, preservar, defender, cuidar y festejar la vida, haciendo presente la acción liberadora de Jesús en el mundo de la salud"

he encontrado con esta definición de Pastoral de la Salud, ¿qué opináis? ¿creéis que le falta algo?