1ª lectura: Isaías 8,23b-9,3
«En la Galilea de
los gentiles el pueblo vio una luz grande»
Salmo: «El Señor es mi luz y mi salvación»
2ª lectura: 1 Corintios 1,10-13.17
«Poneos de acuerdo y
no andéis divididos»
Evangelio: Mateo 4,12-23
«Vino a Cafarnaúm para que
se cumpliese lo que había dicho el Profeta Isaías»
Al
enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando
Nazaret se estableció en Cafarnaúm, junto al lago, en el territorio de Zabulón
y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: «País de
Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de
los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que
habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló». Entonces comenzó
Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los
cielos.»
[Pasando
junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a
Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran
pescadores.
Les
dijo: -Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente
dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos,
a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las
redes, con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron
la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea, enseñando en las
sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y
dolencias del pueblo.
Reflexión
Nos volvemos a encontrar con otra
de esas palabras que no gustan, ‘conversión’; pero es que hay que vivirlo para
comprenderlo, se trata de un proceso, de cambio, de pasar de la inhospitalidad
a la #hospitalidad, para empezar de nosotros mismos,
es acogernos por dentro, barrer aquello que no nos permite vivir alegres. Y en
ese proceso de ir convirtiéndonos poder encontrarnos con reino, que ya está
pero todavía no. Jesús sabe que somos muy despistados para estos cambios, por
ello está tocando constantemente a la muerta e invitando a la conversión,
depende de nosotros el querer seguirle en esta aventura.
Norka C. Risso Espinoza
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