1ª lectura: Isaías 11, 1-10
«Con equidad dará
sentencia al pobre»
Salmo: Que
en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente
2ª lectura: Romanos 15, 4-9
«Cristo
salvó a todos los hombres»
Evangelio: Mateo 3, 1-12
«Haced
penitencia porque se acerca el reino de los Cielos»
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el
desierto de Judea predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los
Cielos. Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo: Una voz grita en el
desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.» Juan llevaba un
vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se
alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de
Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba
en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que
los bautizara, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a escapar de
la ira inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones
pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar
hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y
el árbol que no da fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua
para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no
merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el
granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»
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