domingo, 4 de diciembre de 2016

En clave de #Hospitalidad: Reflexión para el Domingo II ADviento


1ª lectura:       Isaías 11, 1-10
«Con equidad dará sentencia al pobre»
Salmo:             Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente
2ª lectura:       Romanos 15, 4-9
«Cristo salvó a todos los hombres»
Evangelio:       Mateo 3, 1-12
«Haced penitencia porque se acerca el reino de los Cielos»

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los Cielos. Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo: Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.» Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.

Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a escapar de la ira inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»

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