1ª lectura: Proverbios 8,22-31
«María trono de la sabiduría»
Salmo: «Escucha, hija, mira: inclina el oído»
2ª lectura: Gálatas 4,4-7
«Dios envió a su Hijo,
nacido de una mujer»
Evangelio: Lucas 1,39-47
«Dichosa tú, que has creído»
En
aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo
de Judá; entró en casa de Zacarías, y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el
saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu
Santo, y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto
de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto
tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
¡Dichosa tú, que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en
Dios, mi salvador.»
Reflexión
La Virgen
María es modelo de consagración en #Hospitalidad y, como “Madre de Misericordia” y “Salud de los
enfermos”, enseña a la comunidad hospitalaria a compartir el dolor humano y a
aliviar las penas y tribulaciones de quienes sufren. El patrocinio de María es
la fiesta principal con la que la Orden Hospitalaria venera a la virgen María.
Esta devoción tiene origen en una piadosa tradición, según la cual la Virgen
María se apareció a Juan de Dios a punto de morir: lo confortó, enjugó el sudor
de su frente y le prometió que protegería siempre a sus hijos, a los enfermos
por ellos asistidos y a sus bienhechores. (De Textos litúrgicos propios de la
OHSJD)
Material Patrocinio de María
El día 19 de noviembre, tercer sábado
del mes, celebramos la solemnidad del Patrocinio de Santa María Virgen sobre la
Orden Hospitalaria, Patrona de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios.
La historia de la Orden confirma esta
promesa con muchos ejemplos y experiencias que se han vivido en muchos lugares
donde ha estado y está presente. Entre los muchos casos vividos quiero indicar
dos situaciones que avalan el patrocinio y la protección de María sobre la
Orden y su misión.
La primera se refiere a la
Congregación Española de nuestra Orden, que con extraordinaria devoción honraba
a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Belén, hasta el punto
de hacerla su patrona y ser venerada en todas sus Casas. Nació esta devoción
por los prodigios que la Madre de Dios comenzó a hacer al ser invocada y
honrada en un cuadro que se veneraba en el claustro pequeño del Hospital de
Antón Martín de Madrid. En 1726 se constituyó una Hermandad para honrarla que
duró hasta el año 1936. De este modo la Vírgen María, acompañó y veló por la
Congregación Española, ejerciendo su maternal protección y ayuda. (P. Santos,
Cronología, Primera parte, p. 559).
La segunda se refiere a la “Bonne
Mère” de la Orden de San Juan de Dios. Sucedió en Lyon, concretamente en
Champagneux, en el año 1826, en la Casa que los hermanos habían adquirido, de
nombre Al final de dicho año la Casa debía satisfacer una importante cantidad
de dinero, bajo la amenaza de la expropiación de la misma. No había esa
cantidad, faltaba muchísimo y apenas quedaba tiempo. La catástrofe parecía
cercana. Un hermano de la Comunidad recibió una pequeña suma de su familia, que
poco solucionaba para el caso. Sin embargo el mismo hermano sugirió al
Superior: “No le parece que sería mejor dedicar el dinero a Dios, comprando
una estatua de la Virgen Santísima, de la que carecemos”. Así se hizo y se
organizaron turnos para pedir el auxilio y protección especial a María, que fue
nombrándola en la fiesta del Patrocinio “Superiora General de la Provincia
Francesa” y a ella se le encomendaron los asuntos de aquella Casa. Pocos
días antes de cumplirse el plazo para el pago de la deuda, llegaron las
donaciones suficientes. De ahí la gran tradición y veneración que en esa Casa y
en toda la Provincia de Francia se tenía a aquella estatua tan providencial de
la Virgen María. (Cfr. J. MONVAL, Le Frères Hospitaliers de Saint Jean de Dieu,
1936, p. 101-103)
Son solo dos expresiones de la
devoción de la Orden a la Santísima Vírgen María. Hay otras muchas, como la de
Nuestra Señora del Buen Consejo y estoy seguro que en toda la Orden existen
ejemplos que engrandecen la permanente protección de nuestra Madre sobre
nuestra Familia y su misión, cuya fiesta litúrgica del Patrocinio de Santa
María Vírgen sobre la Orden Hospitalaria fue instituida oficialmente en el
Capítulo General de 1736, aunque ya se celebraba con anterioridad.
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