Los años van pasando, y aquellas personas queridas, que fueron
dejando huellas en nuestra infancia, van partiendo hacia el cielo, aquí dejan
muchos años de entrega, de servicio, y de amor y cariño a los seres queridos. Aquí
dejan bellos recuerdos; pero, también dejan el corazón dolorido por la partida,
ahora nuestro adiós se convierte en un verdadero hasta cuando Dios quiera,
hasta que hayamos cumplido aquí nuestra misión y podamos reencontrarnos
contemplando el rostro del Padre.
Hasta cuando Dios quiera tío Javichu, cuándo será, no lo sé,
pero, dentro quedan grandes recuerdos, un lunar que queríamos agarrar como si
de un trofeo se tratara, una hermosa sonrisa que alegraba el alma, y el cariño
constante del calor familiar que anima a seguir caminando.
Junto con la tía Laura, has hecho crecer hermosas semillas, ‘serrana’,
‘china’ y ‘negra’, que siguen dando frutos, que siguen cultivando las semillas
que les has legado.
Gracias tío, por esa mirada, que anima a seguir viviendo incluso
en medio de la enfermedad, que anima a seguir caminando incluso cuando ya se ha
cruzado hacia los brazos del Padre, que anima a seguir amando porque nos has
enseñado que vale la pena.
Hasta pronto tío, descansa en paz, te tenemos presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario