Ponte a salvo, no mires atrás
ni te detengas para que no perezcas
(cf. Gn. 19, 17)
Ciertamente en
la vida tendremos momentos de felicidad, de dicha; aunque, también momentos de
desdicha y desventura, y la forma de seguir avanzando, de no perecer, de
escapar de la monotonía que nos abrasa; es no mirar hacia atrás ni detenernos
en el camino; la salvación es avanzar entre valles y montañas, y entre esos
altibajos encontrar el equilibrio; pienso que es cuestión de ir conociendo nuestras motivaciones, tanto intrínsecas como extrínsecas, e ir aceptándolas, aprendiendo de ellas.
La vida es un
continuo peregrinar, si queremos vivir en clave de salvación, no debemos vivir
anclados en el pasado, no se trata de estar mirando constantemente hacia atrás,
sino mirar el presente, porque vivir mirando el pasado nos paraliza, así le
pasó a la mujer de Lot. Siendo conscientes, que nuestra meta, la salvación,
tiene algo de sacrificio, de cansancio en la subida, para llegar a la montaña,
el lugar de encuentro con Dios.
Norka C. Risso Espinoza
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