Mensaje del presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud Zygmunt Zimowski
CIUDAD DEL VATICANO, 25 de enero de 2013. ZENIT nos
ofrece el mensaje del presidente del Consejo Pontificio para los Agentes
Sanitarios (para la Pastoral de la Salud) monseñor Zygmunt Zimowski, con motivo
de la LX Jornada Mundial de Lucha contra la Lepra, que se celebra el domingo 27
de enero.
El domingo 27 de enero de 2013 se celebra la LX
edición de la Jornada Mundial de lucha contra la Lepra, un mal tan antiguo y al
mismo tiempo tan grave por los padecimientos, la exclusión social y la pobreza
que comporta el Morbo de Hansen. Esta jornada es una preciosa oportunidad para
todos los cristianos, las entidades bienhechoras y las personas de buena
voluntad, para que refuercen su empeño en favor de las víctimas directas o
indirectas, por ejemplo los familiares de la personas infectadas por el Mycobacterium Leprae, y para
promover un renovado impulso a la reinserción social de las personas que
presentan sus inconfundibles mutilaciones. Según los datos más recientes de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2011 cerca de 220.000
hombres, mujeres y niños, contrajeron la lepra y muchos de estos nuevos casos
fueron identificados ya en un estado adelantado de la enfermedad. Se trata de
una constatación de que, no obstante la meritoria acción de realidades
internacionales y nacionales, gubernamentales o no, como la OMS y las
fundaciones Raoul Follereau y Sasakawa, aún permanece una insuficiente
posibilidad de acceso a las estructuras para el diagnóstico, de carencia en la
formación para prevenir en las comunidades el riesgo de contagio, y a la
necesidad de acciones higiénico-sanitarias específicas. Todo esto es
fundamental en lo que concierne la lepra que, si es curada, ya no es mortal,
tal como sucede ampliamente también para las demás "enfermedades abandonadas"
que en su totalidad siguen provocando anualmente centenares de miles de
decesos, graves discapacidades o aflicciones permanentes en el estado de salud
de adultos, adolescentes y niños en los países económicamente desventajados.
Son patologías, auténticos flagelos en el Sur del mundo, pero que no logran
captar la suficiente atención de la comunidad internacional, no obstante
encontremos entre ellas el dengue, la enfermedad del sueño, la bilharziasis, la
oncocercosis, la leishmaniasis y el tracoma.
Frente a esta emergencia sanitaria, a la luz del Año
de la Fe en curso, y con el deseo de comprometernos como católicos cada vez más
en cumplir lo que Jesús pide con el mandamiento Euntes docete et curate infirmos (Mt 10, 6-8) y con nuestro Bautismo, hagamos lo posible a
fin de que esta LX Jornada Mundial de lucha contra la Lepra sea una nueva
"ocasión propicia para intensificar la diaconía de la caridad en nuestras
comunidades eclesiales, para ser cada uno buen samaritano del otro, del que
está a nuestro lado"2, comenzando por quien ha sido afectado
por el Morbo de Hansen. Dejemos que el ejemplo de Santos, Beatos y personas de
buena voluntad, como san Damián de Molokai SS.CC. y santa Mariana Cope
OSF, la beata Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la
Caridad, Marcelo Candia y Raoul Follereau, de quien este año se conmemora
también el 110 aniversario de su nacimiento, nos inspiren y nos sostengan para
llevar ayuda y consuelo a estos hermanos y hermanas nuestros enfermos, a los
más pequeños y a los más marginados que, siendo inocentes, sufren la espada de
la injusticia.
Agradezco a la Providencia divina haber podido visitar
personalmente el año pasado, tanto la isla de Molokai, donde trabajaron san
Damián y santa Mariana, como Madagascar, donde trabajó el beato Jan Beyzym,
jesuita. Son lugares ricos de humanidad y de fe en los cuales pude encontrar a
personas afectadas por la lepra y tuve ocasión de orar por todos vosotros
enfermos y por las personas que están a vuestro lado.
Además, una tarea igualmente importante por
desarrollar corresponde precisamente a vosotros, a todas las personas víctimas
de la lepra, que están llamadas a cooperar para que se afirme una sociedad más
inclusiva y justa que permita la reinserción de quien ha sido curado, a divulgar
y promover las posibilidades de diagnóstico y de cuidado existentes, a remarcar
la necesidad de someterse a terapias para ser curados contribuyendo a erradicar
la infección, a difundir en las realidades donde se encuentran los criterios
higiénico-sanitarios indispensables para impedir su propagación. Asimismo, el
cristiano que ha sido afectado por la lepra tiene la posibilidad de vivir su
condición en una perspectiva de fe "encontrando su sentido mediante la
unión con Cristo, que ha sufrido con infinito amor"3, orando y
ofreciendo su tribulación por el bien de la Iglesia y de la humanidad. Con la
convicción de que lo que ha sido puesto en evidencia seguramente no es fácil y
requiere caridad consigo mismos y con el prójimo, la capacidad de esperar, mucho
valor y paciencia y determinación, deseo recordar que Pablo de Tarso subraya
que ninguno de nosotros ha "recibido un espíritu como esclavos para recaer
en el temor", sino que hemos "recibido un espíritu como hijos
adoptivos por medio del cual gritamos: "¡Abbá, Padre!". Y, "si
hijos, también herederos: herederos de Dios, y coherederos de Cristo, ya que
sufrimos con Él, para ser también con Él glorificados"4,de modo
que también en las situaciones más adversas "ni las potestades, ni la
altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de
Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro" 5.
Al agradecer, en fin, a todos los que se han dedicado
y se dedican a la lucha contra la lepra, dirijo mi más ferviente oración
a Maria Salus Infirmorum a
fin de que todos los que sufren encuentren alivio y sostén al lado de las
personas que a ellos dedican su vida.
Con mi
cercanía, oración y bendición.
+Zygmunt Zimowski
NOTAS
1 Benedicto XVI, Mensaje para la XXI Jornada Mundial del Enfermo 2013, 4.
2 Ibid., 4.
3 Benedicto XVI, Carta Encíclica Spe Salvi, 37.
4 Rm 8, 15-17.
5 Rm 8, 39.
2 Ibid., 4.
3 Benedicto XVI, Carta Encíclica Spe Salvi, 37.
4 Rm 8, 15-17.
5 Rm 8, 39.
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