domingo, 21 de octubre de 2012

Religión/espiritualidad en salud mental

De 131 estudios publicados se han encontrado que en 93 de ellos se confirmaba la asociación positiva entre religiosidad o espiritualidad y salud mental, en 34 no se encontraba ninguna relación y en 4 e encontró que la religiosidad se asociaba con más depresión (Koening 2009). Existen más estudios que apoyan la influencia positiva de la religiosidad/espiritualidad en el ser humano que lo contrario. Concretamente podemos afirmar que la experiencia religiosidad/espiritualidad favorece positivamente en los cuadros depresivos, de ansiedad, suicidio, abuso de sustancias, duelos, e incluso en las psicosis.

Entre las razones que los eruditos aportan para defender esta relación positiva señalamos las siguientes:

  • Esa correlación puede favorecer el desarrollo integral de la persona, facilitando la introspección, el sentido positivo de la vida y proporcionar herramientas para el afrontamiento de los conflictos cotidianos.
  • Fortalece las redes sociales y familiares protegiendo al individuo del aislamiento social y proporcionando sentido de pertenencia y autoestima sobre todo en los momentos difíciles.


En cuanto la influencia en la salud física, se ha comprobado que la espiritualidad reduce los niveles de norepirefrina y cortisol y consecuentemente disminuye la sensación de estrés y los problemas de salud asociados. También, al parecer, la actividad inmunológica, las neoplasias y enfermedades cardiovasculares pueden resultar favorecidas por las vivencias religiosa/espirituales.

Partiendo de la idea de que la religión/religiosidad no es necesariamente patógena para la persona, sino que puede ser fuente de salud y bienestar, en EE.UU. se incluyen en la formación de los médicos residentes de psiquiatría temas relacionados con la influencia que la experiencia religiosa en el desarrollo psicológico de cada persona.

Existen dos autores como grandes defensores de la espiritualidad como complemento de la psicoterapia: Víktor Frankl con la logoterapia y C.G. Jung con su modelo de psicología analítica. Para ambos la espiritualidad es un ingrediente fundamental en el desarrollo del individuo.

En Revista Humanizar Nº 123

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