San Juan de Dios tuvo dos
respuestas fundamentales ante la experiencia de misericordia de Dios hacia sí
mismo. Por un lado provocó una kénosis, un vaciamiento de sí mismo; y por otro
lado generó actos de entrega hacia los demás. Una entrega que se centraba en
darse a sí mismo, y procurar todo aquello material que él no tenía pero veía
necesario para paliar los males y las necesidades de los demás. Nunca negó una
ayuda a nadie que lo necesitara de
verdad. Ayuda en la salud, en lo económico, en lo moral,…
Esa fuerza carismática
recibida de Dios, a la que San Juan de Dios ha sido radicalmente fiel, ha
convertido al Santo en un fuego de luz hospitalaria a distintos niveles de
solidaridad y compromiso en la ayuda a los pobres y necesitados: desde los que
ayudaban de manera puntal, los que sostenían de manera permanente alguna de sus
obras o los que se comprometían con su vida y se identificaban con el carisma.
Hoy en día se siguen
sumando muchas personas a esta familia hospitalaria como voluntarios y
bienhechores. La fuerte dinámica de solidaridad sigue activa en todas las obras de san Juan de Dios.
Esta es la experiencia o
reflexión personal que comparte con vosotros GRACIA POLO, sobre su “encuentro”
con San Juan de Dios.
REFLEXIÓN PERSONAL:
En 1.990 un Hno. de
San Juan de Dios, de la Fundación Instituto San José pide a una Parroquia de
Carabanchel que le ayude a ponerse en contacto con algún grupo de jóvenes que
quiera desplazarse hasta allí para animar las eucaristías de los domingos con
música y acompañamiento a los pacientes que allí se encontraban. El padre Felix
se pone en contacto con uno de los grupos de jóvenes que se acababan de
confirmar para que se implicaran en este proyecto como voluntarios, y allí se
encaminaron un grupo sin saber qué se iban a encontrar, ni qué iban hacer. Les
recibió un Hno. , Ramón, que con gran amabilidad y alegría les explicó cuál iba
a ser su labor con los residentes………
Tenía 16 años y era
mi primer encuentro con la Hospitalidad….
Muchos fueron los
años de Voluntariado, un voluntariado creciente, con ansias de comerse en
mundo: payasos de hospital, festivales benéficos, conciertos, siempre
acompañados ,propiciados, apoyados por los Hermanos, viviendo una corriente
energética de solidaridad, que pretendía cuidar al enfermo, apoyar al
marginado, acompañar a las familias….
En 1.995, se celebró
a nivel mundial el 5º Centenario del Nacimiento de San Juan de Dios en Granada
y todo los Voluntarios de los Centros de la Orden, peregrinamos hasta la ciudad
de la Alhambra para seguir tus pasos y conocer tus huellas, fue entonces cuando
el puzzle de las emociones, sensaciones y vivencias que había tenido en el
Centro de las Piqueñas encajaron para redescubrirte y enamorarme de tu obra.
Seguí con mi vida:
estudie arte, me especialicé, empecé a trabajar como guía, estuve casi tres
años yendo y viniendo con rutas de peregrinación desde Fátima hasta Roma,
aprobé una plaza de guía en el Museo Tyssen ….pero nunca dejé el Voluntariado, era
lo que me daba la vida, siempre buscaba alguna excusa para escaparme a ver a
mis “chicos y abuelitos de la Piqueñas”, siempre estaba en contacto con Juan
Ciudad ONGD para apoyarles en las Campañas de Salud para todos, que desarrolla
la Orden en sus Centros de todo el mundo….siempre había algún Hermano que me
llamaba para que le ayudara en algún proyecto o tomar un café, me sentía parte
de algo grande, que no se puede explicar con palabras, solo se puede sentir…..
En el año 1.999 se
celebraba el Centenario de la Fundación de la casa de las Piqueñas y el Hno.
Ramón me pidió que preparara una conferencia sobre el Santo pero a través de la
Hª del Arte, lo hice, gustó y a los pocos meses vine a darla a los trabajadores
del Centro de Ciempozuelos… seguí trabajando en el Museo, hastiada de las
dinámicas de gestión de visitas ….y en 2.002 me pidió el Superior Hno. Fonseca,
de Carabanchel que restaurara un cristo de talla románica que tenían muy
deteriorado, para ponerlo en una nueva capilla que se iba a construir… y
mientras lo restauraba tuve una llamada telefónica, para hacer una entrevista
para coordinar un Servicio de Voluntariado….fue entonces cuando me dí cuenta de
que mi vida iba a cambiar, e iba a cambiar porque derrepente sentía que tenía que cambiar de registro, que
durante todo aquel tiempo San Juan de Dios, había guiado mis pasos para ser y
hacer lo que hago hoy, que no es otra cosa que intentar transmitir el carisma
de la hospitalidad.
Hoy no podría hacer
lo que hago, sino hubiera sido voluntaria de la Orden, no podría contagiar mi
entusiasmo para generar nuevos voluntarios, no podría velar por su patrimonio
histórico y artístico sino fuera por las horas que pasé junto al Hno. Antonio
Florido desentrañando la historia escondida que hay detrás de cada pieza del
museo, no podría hablarles a los alumnos de la universidad de que este proyecto
asistencial tiene como centro a la persona enferma, sino me hubiera tirado
horas y horas acompañando a otros pacientes y familiares…no podría hablar de la
extraordinaria calidad de nuestros profesionales y equipos, sino la hubiera
vivido en primera persona, cuando mi madre enfermó y pasé yo a ser “el
familiar” que necesitaba ser atendido y los Hermanos, mis compañeros y los voluntarios
me acompañaron y me apuntalaron con su hospitalidad para no
derrumbarme….creedme que no podría.
San Juan de Dios ha
atravesado mi vida desde que lo conocí, y siento que guía mis pasos de manera
intensa en todo lo que hago, a veces mejor y a veces peor, pero siempre estoy
ahí…
Yo no te he conocido
en persona Juan de Dios, pero sé de tí por todo lo que he vivido con los
Hermanos, por cómo me han acogido… su hospitalidad es generadora en mi, de
solidaridad, de compromiso y de inspiración y espero que lo siga siendo por
siempre…y por eso os doy las gracias.
Gracia
Polo Gaitan
¡Anímate, tú
también puedes ser voluntario de San Juan de Dios!, más información en http://www.voluntariadosjd.org/
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