Hoy me he enterado que esta oración se utilizó en
el día del CORPUS CHRISTI, DÍA DE LA CARIDAD del 2011, en el que se trabajaba
bajo el lema ‘La Eucaristía, vida y fortaleza del voluntariado
cristiano’, ese día, los obispos de la
Comisión Episcopal de Pastoral Social, concluían con esta oración, pidiendo al
Señor “que nos conceda tener un corazón de voluntarios, de servidores de la
comunidad, tal como nos lo enseñó el Señor que no vino a ser servido, sino a
servir”:
Quiero ser, Padre, tus manos, tus ojos, tu corazón.
Mirar al otro como Tú le miras:
con una mirada rebosante de amor y de ternura.
Mirarme a mí, también, desde esa plenitud
con que Tú me amas, me llamas y me envías.
Lo quiero hacer desde la experiencia del
don recibido
y con la gratuidad de la donación sencilla y
cotidiana
al servicio de todos, en especial de los más
pobres.
Envíame, Señor,
y dame constancia, apertura y cercanía.
Enséñame a caminar en los pies del que acompaño y
me acompaña.
Ayúdame a multiplicar el pan y curar las heridas,
a no dejar de sonreír y de compartir la esperanza.
Quiero servir configurado contigo en tu diaconía.
Gracias por las huellas de ternura y compasión
que has dejado en mi vida.
En tu Palabra encuentro la Luz que me ilumina.
En la Oración, el Agua que me fecunda y purifica.
En la Eucaristía el Pan que fortalece mi entrega y
me da Vida.
Y en mi debilidad, Señor, encuentro tu fortaleza
cada día.
Amén
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