Para alentar a la Iglesia en el
compromiso misionero, el papa Francisco recuerda que la Jornada del DOMUND es
siempre un motivo de gratitud y esperanza. La describe como “una celebración de
gracia y de alegría”: “De gracia, porque el Espíritu Santo, mandado por el
Padre, ofrece sabiduría y fortaleza a aquellos que son dóciles a su acción. De
alegría, porque Jesucristo, Hijo del Padre, enviado para evangelizar el mundo,
sostiene y acompaña nuestra obra misionera”. El punto de unidad entre gracia y
alegría se encuentra en Dios Trinidad, porque el amor con que el Padre ama al
Hijo llega a nosotros por obra del Espíritu Santo: “El Padre es la fuente de la
alegría. El Hijo, su manifestación, y el Espíritu Santo, su animador”. Estas
referencias a la esencia de la alegría como expresión de fe han sido el motivo
por el que Obras Misionales Pontificias propone para celebrar esta Jornada en
España el lema “Renace la alegría”, inspirado en las palabras del inicio
de la exhortación apostólica Evangelii gaudium: “Con Jesucristo siempre
nace y renace la alegría” (EG 1).
El Papa desvela, en Evangelii gaudium, su sueño: “Una opción
misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos,
los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce
adecuado para la evangelización del mundo actual” (EG 27). Este es el gran
desafío que tiene la Iglesia, cuyas puertas están siempre abiertas para salir a
los lugares donde están los otros y para que entren quienes reciben la gracia
de la conversión. Una Iglesia de puertas abiertas “no es una aduana, es la casa
paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas” (EG 47).
Los misioneros, llenos
de alegría, comparten con los más pobres su experiencia de
encuentro con Cristo, esa es la experiencia, por ejemplo, de los Hermanos Hospitalarios
de San Juan de Dios, Miguel Pajares y Manuel García, fallecidos a causa del
virus ébola, sí; pero, que se contagiaron del virus por entregar su vida a
aquellas personas enfermas por este virus, que se contagiaron por vivir desde
la hospitalidad al servicio de los enfermos y necesitados, al estilo de Jesús
estuvieron con los predilectos de Dios, siguiendo el estilo de San Juan de
Dios, aunque los llamaran locos.
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