Me ha llegado esta Catequesis sobre Pastoral de la Salud, desconozco quién es el autor. Me parece interesante y lo comparto con vosotros por si os resulta útil:
1.- Punto de
partida:
La
enfermedad es una realidad cercana, aunque a veces queramos ignorarla. El mundo
está lleno de enfermos de todos los tipos: físicos y mentales, crónicos y discapacitados…
Nosotros también hemos estado alguna vez enfermos.
Pero hay
diversos modos de mirar la enfermedad:
-
Con amargura.
-
Con ignorancia.
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Con soledad.
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Con esperanza.
Leemos algunos testimonios:
“El primer pensamiento que me invadió fue el de la inutilidad: Yo no
valgo para nada –me decías a mí misma una y otra vez-, voy a ser una inútil. No
hacía más que llorar. Mi familia, angustiada, tampoco sabía ayudarme” (Eulalia,
asma, Madrid).
“Cuando me di cuenta, tenía el organismo completamente destrozado y,
francamente, cuando veo las caras
tristes de mi familia, de mis hijos, mi marido, aparte de verme incapacitada
para hacer las tareas comunes del hogar como las hace cualquier mujer que está
sana…, esto me hace sufrir. A veces incluso digo: “Dios mío, ¿por qué estoy yo
en este mundo, por qué no me llevas si soy una carga para los demás?” Sin
embargo eso a mis hijos y a mi marido, que son personas formidables, les hace
sufrir tremendamente y, riñéndome, me dicen: “tú no eres una carga para
nosotros” (María Dolores, diabetes, El Ferrol).
“Ante una enfermedad como el cáncer el planteamiento de mi vida se
derrumbó: desde mi relación personal con Dios, hasta mi trabajo y mi vida en
relación con los demás. Yo dejaba de ser un hombre con una vida por delante,
para entrar en el mundo de lo condicional: “… si vivo”. Esto me suponía una
limitación muy grande para mirar mi vida con un poco de alegría. La tentación
de rebeldía era una constante en aquellos primeros meses ante el hecho de mi
enfermedad: ¿Por qué tenía que ser yo, a los 41 años…? (Javier, cáncer,
Bilbao).
¿Has estado alguna vez enfermo? ¿Qué sentías?
Cuando has visto a algún familiar enfermo, ¿qué hiciste?
Escribe cinco clases de enfermedad que tú conozcas. Cuenta también con los discapacitados.
2.- Mensaje
cristiano:
Jesús
estuvo siempre cerca de los enfermos. En los evangelios tenemos muchos
ejemplos. Escribe tres de ellos:
Y mandó a
sus amigos que cuidaran de los enfermos. Y tanto lo pidió, que dijo que al
final de nuestras vidas nos va a preguntar cómo fue nuestro comportamiento con
ellos:
“Entonces dirá el rey a los de su derecha: Venid vosotros, benditos de
mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y de disteis de comer, fui forastero y me hospedasteis,
estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y
vinisteis a verme” (Mt 25, 34-36).
Subraya la frase principal de
este texto.
Coloreamos
estas tres curaciones de Jesús: El Señor dio habla a mudos, curó a paralíticos
y resucitó a muertos.
Aprendemos la Fórmula de fe 68 (pág. 147): La Unción de
enfermos es el Sacramento que nos fortalece en la enfermedad y ayuda a los que
están en peligro de muerte, uniendo su sufrimiento al sufrimiento de Cristo.
Y copiamos
el dibujo de la pág. 81 del Catecismo, sobre la Unción de enfermos.
3. Actuamos:
Siempre hubo
cristianos preocupados por los enfermos, por ejemplo San Juan de Dios en
Granada, el Padre Damián con los leprosos, la Madre Teresa de Calcuta con los
enfermos más pobres de la India….
En tu parroquia
hay también personas que se dedican a estar cerca de los enfermos: • Les
visitan y acompañan para darles esperanza y consuelo. • Les acercan los
sacramentos del Perdón, la Unción y la Eucaristía. • Y también les acercan al
templo para celebrar el “Día del Enfermo”.
Los enfermos son
también ancianos cargados de muchos años y de muchos achaques.
¿Qué podemos
hacer nosotros por los enfermos?
Leemos y
comentamos el Decálogo de la visita al
enfermo:
1. Para visitarlo, busca
las horas más oportunas para el enfermo.
2. Actúa con naturalidad
y sencillez.
3. Hay que dejarle que
hable de su enfermedad y de sus dolores, mostrando interés por sus palabras.
4. No le canses con tu
charla.
5. Hay que hablarle de la
vida normal para que no se aísle.
6. No hay que decirle
mentiras sobre su enfermedad, ni contarle toda la verdad, solo la que él pueda
aceptar.
7. Hay que saberlo
escuchar atentamente.
8. La cama es propiedad
del enfermo. No se le debe invadir.
9. Lo que se habla en la
habitación del enfermo es secreto. No valen los comentarios fuera.
10. Si el enfermo es
creyente, hay que hablarle también de la fe en Cristo.
4. Oración por los enfermos:
Señor, te encomendamos
los enfermos de nuestra Parroquia.
Acompáñales en su camino.
Acoge sus quejas.
Mitiga sus dolores,
su angustia y su cansancio.
Dales aliento en su lucha,
y fuerza en su prueba.
Reanima su esperanza.
Sana sus heridas.
Hazles sentirse queridos.
Alegra sus corazones.
Llena sus vidas de amor y de sentido.
Dales tu paz y tu salvación.
Que no pierdan la esperanza
en el Padre Dios. Amén.
Oración por los que
ayudan a los enfermos:
Dios Padre nuestro.
Tú eres la fuente de la fuerza y de la esperanza.
Bendice a los que has escogido
para dar tu gracia a los enfermos.
Que donde haya peligro, mantengan la vida;
donde haya debilidad y dolor,
ofrezcan fortaleza y alivio;
donde haya ansiedad y miedo,
ofrezcan aliento y ayuda.
Concede a cada uno de ellos, Señor,
un amor sensible
capaz de descubrir el tesoro que lleva dentro
todo enfermo.
Concédeles disponibilidad,
y que no sucumban al cansancio. AMÉN.
Norka te voy a robar una que otra cosa y voy a redireccionar a tu blog!!
ResponderEliminarEs que todo es genial, me gustó.
Gracias!!
DTB!!
Hola María!!! Ok puedes usar lo que necesites. Bendiciones
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