La vida es digna siempre. También cuando eres más
débil, indefenso, cuando para vivir dependes de los demás. Inmóvil en una cama,
por un accidente o por enfermedad; también cuando no trabajas, no produces
porque estás enfermo o eres demasiado viejo.
El valor de la persona es inalienable. Parece
sencillo, pero incluso en la realidad jurídica, médica, y cultural nos
preguntamos si en ciertos casos se es capaz realmente de tutelar la dignidad de
la persona.
Este es el punto de partida para el ciclo de
encuentros, durante el año académico, con profesionales de la medicina y de las
asociaciones, contando historias y escuchando testimonios.
El primer encuentro del Centro Ateneo por la Vida y
la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Roma, Italia, en colaboración
con el Centro Cultural de Roma y el Policlínico universitario A. Gemelli, contó
con la participación de diferentes ámbitos de la medicina para hablar de SLA (Esclerosis
Lateral Amiotrófica), una enfermedad poco conocida. Entre los ponentes se
encontraba Mario Melazzini, oncólogo de 54 años, enfermo de SLA desde hace unos
diez años. Actualmente es presidente nacional la Asociación Italiana de la
Esclerosis Lateral Amiotrófica (AISLA).
La periodista Monica Mondo dio la bienvenida a
todos los asistentes y explicó el por qué de este ciclo. La intención es hablar
sobre la fragilidad de la vida, profundizar en la idea de que la vida frágil
también es vida. "No es un tema que afecte sólo a los especialistas y
médicos, es un tema que nos concierne a todos" dijo la periodista.
Rocco Bellantone, presidente Facultad de Medicina y
Cirugía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón y Maurizio Guizzardi,
director del Policlínico A. Gemelli, quisieron destacar el sentido de este
Ateneo. Un lugar que no tendría motivo de existencia si fuera sólo un sitio
donde se hace buena medicina, tiene su razón de ser en el momento en el que se
crea una atención profunda, "no sólo a la enfermedad sino también al que
sufre". "La religión católica tiene su fuerza en el amor al prójimo,
el fundamento de nuestra religión es ser buen samaritano", dijo el doctor
Bellantone. Y recordó a los estudiantes allí presentes la importancia de estar
junto al que sufre, ser misericordiosos. El doctor Guizzardi también añadió :
"que nuestra estrategia se convierta en realidad. Salud y calidad en
nuestro dar al paciente"
A continuación, el profesor Paolo Maria Rossini,
director del Instituto de Neurología Universidad Católica del Sagrado
Corazón-Policlínico A. Gemelli, también destacó la importancia de dar una
asistencia global al paciente. "La labor del profesor no es sólo formar
buenos técnicos, sino formar buenos médicos en todos los sentidos, no buscar
sólo la excelencia técnica", dijo el doctor Rossini. Destacó también la
importancia de la humildad de los médicos al reconocer que ya no tienen más
respuestas.
Tras estas intervenciones, participó el doctor
Mario Melazzini con el discurso más emotivo de todos. Melazzini habló de SLA en
primera persona; desde su silla de ruedas afirmó: "También con el
sufrimiento y la enfermedad se puede salir adelante". Habló de los
momentos más duros cuando descubres que tienes una enfermedad como esta: el
médico que te dice que ya no se puede hacer más, el sentirse dependiente de los
demás, cuanto te vienen pensamientos sobre ser tú mismo el que decida cuándo
morir y no la enfermedad. Pero en esta dificultad, afirma Melazzini, puedes
encontrar en el sufrimiento un valor añadido que te permite admitir la
cotidianeidad con dignidad."La dignidad de la vida no puede depender de la
calidad de esa vida".
Reconoció también que se puede ser feliz con una
enfermedad. Aunque al principio se pasa por un periodo de rechazo y negación,
"mi único deseo era querer morir", reconoce que tuvo suerte de
conocer personas maravillosas que le ayudaron a entender que sí se puede ser
feliz. Y añadió: "Cuando te pones un objetivo no por ti, sino por los
otros, puedes alcanzarlo. Esto me permite ser feliz".
Para completar sus palabras, se proyectó un
fragmento del video documental sobre su vida: "Yo estoy aquí. Apuntes de
siete días de la vida de Mario Melazzini". En el video cuenta cómo fue el
proceso de aceptación de la enfermedad, pasar de usar muletas a silla de ruedas
para pasar consulta, leer e investigar sobre SLA.
A manos de Mario Sabatelli, investigador del
Instituto de Neurología de la Universidad Católica, se hizo un repaso por la
historia de esta enfermedad y algunos casos importantes. La SLA es una
enfermedad rara con dificultad en el diagnóstico, en la investigación, en la
terapia y en la asistencia. Por eso es necesario focalizarse en la obligación
de dar la mejor calidad de vida posible.
El director del Instituto de Anestesiología,
Massimo Antonelli, resaltó un aspecto importante en el recorrido de la
enfermedad: cambiar la mentalidad, abrirse a la dignidad que se merecen los
enfermos, y afirmó: "los enfermos nos han enseñado mucho".
La última intervención fue la de Dario Sacchini,
profesor agregado del Instituto de Bioética. Comenzó diciendo que la bioética y
el sufrimiento no son algo que sólo interese a los cristianos, "Una
bioética sana que se acoja a la realidad. Ser de ayuda y alivio a la persona
que afronta el sufrimiento". Recordó al fundador de la Universidad con una
frase muy significativa: "La bioética no puede ser laica o católica".
Concluyó diciendo que la medicina debe tener una visión completa del hombre. No
se puede hablar en abstracto, es necesario estar en la realidad. Finalizó
diciendo: "Hay que ver el caso particular, no ver SLA, sino a la persona
que tiene SLA. Cada persona viva es digna en cuanto que es persona".
Para finalizar el encuentro se abrió un turno de
preguntas en el que se vio la preocupación de los alumnos por aprender a ser un
médico que sepa estar junto al enfermo, que sepa cómo comunicar de la mejor
forma posible el diagnóstico. En estas reflexiones, Melazzini compartió un
pensamiento que a él le ha ayudado: "Para estar junto al paciente hay que
hacerlo a través de la mirada, la mirada que damos al otro y la que recibimos.
Esa mirada tiene que transmitir dignidad". Para llenar de dignidad la vida
del enfermo no se puede habituar uno a esta tarea y ver al paciente como
persona no como enfermedad, tratarle por nombre y apellidos y no como un número
de expediente y sobre todo, tener en cuenta la circunstancia personal de cada
uno.
El doctor Antonelli destacó que durante el
encuentro se pudo percibir una tensión emotiva y se dirigió a los presentes
diciendo: "Mirad a los ojos de vuestros enfermos y mirad el mundo que hay
detrás".
Por Rocío Lancho García
ROMA, domingo 10 noviembre 2012 (ZENIT.org)
" La vida frágil también es vida " Esta frase creo que es una de las más positivas que he leído o quizás también he oído desde hace mucho tiempo. La dignidad humana , no la valoramos hasta que no nos hacemos frágiles; mientras nuestro Yo camina poderoso, con éxito y bienestar , no detenmos nuestra mente para pensar en los más débiles , en aquellos que aun estando en una cama luchan con valentía y se enfrentan a los momentos difíciles.
ResponderEliminarEl no poder ser fuerte como los demás , nos hace vulnerables ante cualquier situación o momento de la vida .
La frase del doctor Antonelli es una frase muy reflexiva que debiera estar en carteles gigantes para que los que caminan por la vida sin mirar para detrás , les de la oportunidad solo de leerla y poder tener la oportunidad de entender que " La vida frágil , también es vida ".
Un saludo