«Señor, Señor, Dios
compasivo y misericordioso»
Salmo: «A ti gloria y alabanza por los siglos»
2ª lectura: 2 Corintios 13,11-13
«La gracia de Jesucristo, el
amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo»
Evangelio: Juan 3,16-18
«Dios mandó su hijo
al mundo, para que se salve por él»
Tanto amó Dios
al mundo que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que
creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó a su Hijo al
mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree
en él, no será juzgado; el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en
el nombre del Hijo único de Dios.
Reflexión
En el evangelio Jesús nos revela el
misterio más grande que existe, es un dogma de fe, es decir, una verdad que
debemos creer, si nos llamamos cristianos. Cada vez que rezamos el Credo,
decimos creer en un solo y único Dios, que es Padre Creador, que es Hijo
Redentor y que es Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida y Santificador.
El misterio de la Santísima
Trinidad, es uno de los “misterios escondidos en Dios, -que como dice el
Concilio Vaticano II-, si no son revelados, no pueden ser conocidos”. Y, aun
después de la Revelación, es el misterio más profundo de la fe, que el
entendimiento por sí solo no puede comprender ni penetrar. En cambio, el mismo
entendimiento, iluminado por la fe, puede en cierto modo, aferrar y explicar el
significado del dogma, para acercar al hombre al misterio de la vida íntima del
Dios Uno y Trino.
Toda la Sagrada Escritura revela
esta verdad: “Dios es Amor en la vida interior de una única Divinidad, como una
inefable comunión de personas”. Son Tres Personas distintas en un sólo Dios,
como aprendimos en el catecismo.
El misterio de la Santísima
Trinidad es la revelación más grande hecha por Jesucristo. Los judíos adoran la
unicidad de Dios y desconocen la pluralidad de personas en la unicidad de la
sustancia. Los demás pueblos adoran la multiplicidad de los dioses. El
cristianismo es la única religión que ha descubierto, en la revelación de
Jesús, que Dios es uno en tres personas. Ante esta revelación divina de su
íntima esencia, no nos queda otra cosa que agradecerle esta confianza y adorar
a las Tres Personas Divinas en un único Dios. La #hospitalidad es como un único Dios que acoge tres personas divinas.
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