Mi compi de la Pastoral de la Salud, Iñaki Mardones, ha compartido este testimonio de Joseba en su catequesis, desde el agradecimiento lo comparto con todos vosotros:
LA MUJER DE LA
SONRISA
Entrar en una
habitación es casi siempre un misterio. Cada vez que lo hago no sé con quién me
voy a encontrar y en qué situación va a estar, pero siempre lo hago decidido.
Las personas que se encuentran dentro merecen que yo me acerque a ellas, porque
están normalmente en momentos decisivos de sus vidas.
Me encuentro con una
mujer ya avanzada en años –la lista me dice que tiene 93- y que conozco desde
hace muchos años. Ella ha formado parte de un grupo de mujeres ya mayores, que
hace algunos años se reunían y divertían
en los locales de nuestra parroquia. Entonces y ahora encuentro en ella un
rostro cariñoso, sonriente; todavía me conoce y eso me trae recuerdos
agradables vividos con ellas, aquellas partidas de cartas mientras hablábamos
de tantas cosas de la vida de cada día. ¡Es bonito que todavía me siga
mostrando cariño! No sé cuánto tiempo estará entre nosotros en el hospital,
pero seguro que la vendré a visitar mientras sea posible. Es una mujer que me
trae bonitos recuerdos y momentos felices pasados con ella. Eso es algo que de
ninguna manera se puede pagar, solo acoger. Voy visitándola algunos días, cada
vez la veo más limitada pero me sigue sonriendo y yo me siento muy a gusto a su
lado. ¡Qué importantes son las cosas sencillas, Señor!
Me encuentro con una
nieta de ella y me quedo un rato a su lado. Está viendo cómo se le va yendo su
abuela y ¡esto es muy triste! Le conozco desde hace algunos años y me parece
una joven ¡tan preciosa! Seguro Señor que esta situación que ella vive le va a ayudar
mucho para llegar a madurar en su vida.
¡Gracias, Señor, porque de formas que no logramos entender, nos vas ayudando a
ser cada vez más nosotros mismos y a realizar con sentido nuestro caminar aquí!
Joseba Bakaikoa
Capellán Del Hospital
De Santa Marina
en Bilbao
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