El sufrimiento es una realidad
por la que pasan todos los seres humanos, de hecho es una de las paradojas que
siempre ha preocupado al hombre, desde este surgen muchos de los grandes
interrogantes de la vida, el gran por qué; y se ha teorizado mucho sobre ello,
existen enormes tratados sobre el sentido del sufrimiento; pero, cuando se
siente en la propia vida, se convierte en una experiencia concreta que afecta a
todas las dimensiones del ser humano, física, social, emocional y
espiritualmente.
Y descubrimos que no existen
recetas para afrontar esos momentos concretos, muchas veces son procesos largos,
no hay soluciones rápidas para poner freno a ese dolor, y descubrimos que lo
que realmente importante en la lucha de esa realidad concreta, es el
acompañamiento; alguien que camine a nuestro lado por este laberinto que en
ocasiones se presenta tan oscuro que es muy difícil encontrar la salida,
necesitamos personas que como luciérnagas den un poquito de luz a nuestro
camino.
Nadie puede evitar sufrir alguna
vez: el sufrimiento es propio del ser humano. Vivimos en un universo
imperfecto, y nuestras decisiones pueden estar equivocadas, pero somos libres para tomar esas decisiones y
podemos elegir cómo responder ante el sufrimiento.
Como el oro se purifica con el
fuego, así el corazón humano puede purificarse con el sufrimiento. El sentido
del sufrimiento propone un camino hacia la transformación, para que,
respondiendo generosamente a los desafíos de la vida, nuestro corazón pueda
brillar con un nuevo resplandor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario