Tú conoces mi
corazón rácano, Jesús.
Tú sabes cómo
funciona mi memoria,
y la
cuenta que lleva de los fallos que le hacen ...
Límpiame de
todo recuerdo de aquello que me hicieron.
Regálame,
Señor, una memoria sana.
Ayúdame a
olvidar y no permitas
que mi rencor
me deje llevar cuenta de nada.
Líbrame, Tú,
de la vanidad exigente,
que me hace
regañarme y no aceptarme.
Susúrrame que
los fallos son oportunidades para crecer.
Me exijo, y
exijo demasiado a los demás.
Dame, Señor,
un corazón tolerante para mí y para los otros.
Enséñame a
perdonar a tu manera: sin fin.
Jesús, pongo
ante Ti los nombres
de todos
aquellos que me hicieron algún daño.
Quiero
perdonarlos contigo,
y quedarme
con el corazón limpio de memorias dolientes.
Dame amnesia,
Señor, que olvide todo,
vacía mi
mente de todos los rencores,
que no me
quede ni un detalle de dolor,
que acepte
todo lo que me dolió como parte de mi historia,
como semilla
de lo que hoy soy,
de lo que Tú
y la vida habéis hecho conmigo.
Me perdono
contigo por mis fallos, mis desaciertos,
mis prisas,
mis malos humores, mi falta de risa.
Siento,
Señor, que eres perdón y que me envuelves.
Ginel y M. P. Ayerra
'La Palabra del Domingo
y fiestas’ Ciclo A
Editorial CCS
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