te
alzo mi oración hoy suplicante.
Señor,
aquí me tienes, esta hora
de
abandono de todos y mí mismo.
Tú
solo me sondeas, me sostienes,
me
das tu compañía y, sin saberlo,
no
estoy abandonado de ninguno
ni
menos aún de mí, porque me amas.
Al
mismo tiempo solo y habitado
de
Ti y de los demás, yo te suplico
con
esta mi oración que Tú me dictas
te
busque siempre, Dios; que no me canse;
que
esté junto a mí mismo cuando tenga
tu
sola soledad en mi plegaria.
V.
Arteaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario